¿Sabemos comunicarnos con los demás?

Probablemente no nos hayamos parado a pensar el porqué de nuestro fracaso a la hora de hacer llegar un mensaje a nuestro interlocutor o de la contestación que obtenemos cuando alguien no ha entendido la esencia de lo que queríamos realmente transmitir.

Existe un lenguaje que complementa a las palabras y que es incluso hasta más importante en un acto de comunicación que el componente verbal, es decir aquel que transmitimos por medio de palabras. Es precisamente ese al que no prestamos la atención requerida el responsable de que tanto en un ámbito laboral, de compraventas, social o familiar no tengamos la respuesta deseada o al menos coherente con lo que se quiere transmitir.

Estos actos no verbales van a variar dependiendo del contexto en el que nos encontremos, como cuando mostramos el puño cerrado que puede hacer referencia a intentar expresar el tamaño de algo, o a una victoria deportiva; o de la cultura en la que se originen, como el gesto de cruzar los dedos que tiene su origen en los primeros tiempos del cristianismo ya que se usaba para alejar influencias maléficas. Tienen como misión apoyar o ilustrar lo que se quiera dar a conocer, pero nunca contradecirlo. No tendría mucho sentido estar negando a alguien algo que nos está solicitando en cualquier ámbito y mostrarle la palma de nuestra mano hacia arriba y dirigida hacia adelante, que es una señal de ofrecimiento.

Los realizamos sin darnos cuenta, como cuando estamos hablando por teléfono y hacemos gestos aunque no haya nadie más con nosotros.

Otro punto a tener en cuenta es la manera en la que hablamos. Un tono de voz ascendente muestra duda, interrogación o indecisión mientras que si nuestro tono es descendente estaremos mostrando confianza, determinación o firmeza; especial cuidado cuando van mezclados ya que estaríamos dando a entender ironía o sarcasmo.

A pesar que solemos tomar los silencios como intimidantes tanto para el que habla como para el que escucha hay veces que son necesarios para poder entender precisamente la comunicación no verbal.

Para terminar solamente quiero hacer mención a lo que se engloba dentro de la Kinesia y es lo que dicen nuestra expresión facial, la mirada, la postura o los gestos. Por citar un ejemplo diremos que la mirada laboral no debe dejar que caiga debajo del nivel de los ojos de nuestro interlocutor, mientras que una mirada social debe permitir todo lo contrario.

Cuando nuestro punto de vista es similar al de la persona que nos escucha, llega un momento en el que la conexión es tal que hasta las posturas llegan a ser similares. Es curioso observar este punto en programas de debates en televisión.

Este tema sería objeto de una extensión mayor avalada por datos documentados, pero quiero resaltar la idea inicial de toma de conciencia de ese lenguaje universal y compartido, entendible aun sin ser un experto en la materia, que son los gestos para poder dotar de coherencia los mensajes que nos rodean.

Les dejo un enlace de algo que vi hace tiempo y creo que documenta la introducción que he intentado hacer a este amplio tema que he traído.

https://www.youtube.com/watch?v=L89eX7mTthc

AUTOR: Pilar Tejero

Psicóloga

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